Estoy agotado: he dormido unas tres horas y mi cabeza ya no da para mucho, así que este no va a ser mi mejor post, pero me da lo mismo, porque estoy superfeliz y deseo compartir mi felicidad con vosotros, queridos esclavos.
Hoy a nacido Sofía: mi hija.
¡Soy padre!
Aún no me lo creo.
Ha sido una noche muy dura: duele mucho ver al amor de tu vida sufriendo como si la estuvieran marcando con un hierro al rojo vivo. Duele muchísimo, aunque ni una décima parte de lo que le dolía a ella.
Mi pobre muñequita.
Pero ya está.
Ahora no tengo una muñequita.
Tengo dos.
Dicho esto, con tu permiso, voy a echar una cabezadita; que ya no me tengo en pié. De aquí a treinta o cuarenta segundos estaré roncando y babeando sobre el sillón azul que hay en nuestra habitación de hospital: quiero que te imagines esa bella imagen y te deleites con ella, oh sí.