Resiliencia

La resiliencia es casi como un superpoder. Resulta tan trascendental, que determina en gran medida lo bien o lo mal que te va en la vida. Y aunque, probablemente, ni siquiera seas consciente de su existencia, la resiliencia lleva acompañándote desde que eras un pequeño mojón que solo sabía llorar y cagarse encima. Siempre ha estado ahí.

Y no, resiliencia no es «resistencia» mal escrito; tampoco es una marca de ropa, ni el nombre de un medicamento para la incontinencia urinaria.

¿Quieres saber qué es y cómo ser una persona resiliente? ¡Vamos allá!

Qué es la resiliencia

Situaciones como la muerte de un ser querido, un divorcio, dificultades económicas o una enfermedad pueden llevarnos al límite. Pero no creas que esto solamente lo pueden provocar los grandes problemas; en ocasiones, una acumulación de los pequeños y aparentemente inofensivos problemas es suficiente para conducirnos hacia una crisis.

¿Y eso qué tiene que ver con la resiliencia? Veamos la definición que nos da la RAE:

Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

Significado, según la Real Academia Española de la lengua

En síntesis, la resiliencia constituye nuestra capacidad para soportar las adversidades y sobreponernos a ellas. Es decir, cuanto más resiliente seas, mejor lidiarás con la frustración y mejor se te dará atravesar los malos momentos, sin regodearte en ellos ni caer en la autocompasión.

Qué significa ser resiliente

Las personas muy resilientes no llevan capa ni lanzan rayos láser por los ojos, pero son superhéroes de la vida real. Su entereza les permite avanzar y avanzar, sin rendirse jamás. Y no es que no vean los problemas, es que los aceptan como parte natural de la vida y continúan adelante.

El resiliente aprende de las malas experiencias (también de las buenas) y no solo sale airoso de ellas, sino que además sale fortalecido.

Aunque, en realidad, nos encontramos ante un concepto con un significado muy amplio, en síntesis, ser resiliente consiste en ser capaz de mantener una visión positiva de la vida, a pesar de las situaciones adversas que se produzcan.

Podemos ver lo importante que es la resiliencia si tenemos en cuenta que:

  • La vida es una sucesión de eventos positivos y negativos.
  • El éxito está fuertemente influido por nuestro enfoque.
  • El sentimiento de felicidad también tiene mucho que ver con nuestro foco.
  • La mayoría de las cosas complicadas se consiguen tras muchos intentos/fracasos.

Por lo tanto, la constancia y la resiliencia son factores clave para aumentar (muchísimo) nuestras posibilidades de tener éxito en aquellas cosas que nos propongamos.

Y, además, tendremos más posibilidades de ser felices si sabemos encarar los problemas en lugar de permitir que estos nos cieguen y anulen.

El superpoder de las personas resilientes es la indestructibilidad.

¡Son casi invencibles!

Cómo ser una persona resiliente

¿La resiliencia es algo innato o aprendido? La mejor parte de todo esto es que la resiliencia, que se sepa, tiene mucho más de ambiental que de innato. Lo que significa que puedes aprender, entrenar y mejorar esta capacidad tan grandiosa.

¿Cómo entrenar la resiliencia? Mediante la repetición.

Todos tenemos montones de hábitos programados que actúan como respuestas automáticas a determinados estímulos. Y, aunque tal vez no lo parezca, estos conforman la mayor parte de tus pensamientos y acciones. Esto incluye las emociones que experimentas ante los problemas que surjan o puedan surgir, así como el diálogo que tienes contigo mismo.

¿Eres tu amigo o tu peor crítico? Cuando se produce una dificultad, ¿la analizas y buscas soluciones o pierdes el tiempo quejándote? ¿Te preocupas mucho en los momentos de incertidumbre o procuras no ponerte la tirita antes de hacerte la herida?

Estas y muchas más conductas automáticas se pueden modificar mediante la repetición. Si, por ejemplo, tienes costumbre de enfurecerte y en cuanto algo se tuerce, será casi inevitable que lo sigas haciendo.

Imagina la situación: ho te propones no quejarte en todo el día, pero se te caen las llaves al suelo y te quejas. Todo sucede casi sin darte cuenta (recuerda, es un comportamiento automático; un hábito). Pero lejos de ser suficiente, vuelves a quejarte por haberte quejado nada más comenzar el día.

Esta situación tan absurda sucede. Pero no por ello hay que perder la calma. Hay que corregirse. Si quieres dejar de tener una determinada reacción a un determinado detonante, vas a seguir haciéndolo durante mucho tiempo. Pero al corregirte de inmediato, al darte cuenta de que lo has vuelto a hacer y ser consciente de que estás en el proceso, estás reconstruyendo el hábito. Y, con el tiempo, si eres paciente, tu respuesta automática comenzará a ser reemplazada por otra.

Características de las personas resilientes

Si buscamos los pilares de la resiliencia, aquellos en los que apoyarnos para mejorar nuestras habilidades en este campo, lo mejor es fijarnos en las principales características de las personas resilientes:

  • Autoconocimiento: averiguar cuáles son tus principales fortalezas y debilidades es un ejercicio de introspección muy útil. Hacer inventario de los recursos de los que dispones, siendo consciente tanto de tus habilidades como de tus limitaciones, te servirá para enfrentarte a cualquier reto desde una posición más óptima.
  • Confianza en ti mismo: junto con un buen conocimiento de uno mismo, una gran autoestima constituye la base sobre la que cimentar tu vida. La autoconfianza te ayudará a evitar perder el tiempo con victimismo y otros hábitos perjudiciales. Confiar en tus capacidades es vital para tomar la iniciativa y cultivar la constancia.
  • Autocontrol: si eres de los que tratan de controlarlo todo, seguramente te habrás percatado de que resulta literalmente imposible. Por ese motivo, los resilientes se preocupen de controlar sus emociones, no lo que sucede a su alrededor. Con las emociones, cuanto menos las controles tú, más te controlarán ellas a ti. A esto se le conoce como inteligencia emocional y es un en sí mismo otro gran superpoder.
  • Optimismo: a nadie se le escapa que una psicología positiva resulta clave para cualquier empresa que te propongas, así como para conseguir un equilibrio emocional. Pero no caigamos en el error de confundir el optimismo de las persona resilientes con estar metafóricamente ciego a la realidad. Las personas con una gran capacidad de resiliencia suelen ser muy objetivas respecto a los problemas, y la realidad en sí, pero su actitud positiva, les conduce a ser asertivos y proactivos, en lugar de perder el tiempo con lamentos. Se podría decir que practican el optimismo realista.
  • Motivación: está estrechamente relacionado con el optimismo, pero no es exactamente lo mismo. La motivación, más que una tendencia a ver el lado positivo de las cosas, es un sentimiento que nos impulsa a hacer cosas. Y si ese impulso es muy grande, tendrás muchas más posibilidades de resistir los embates de la inercia y las adversidades y alcanzar tus objetivos.
  • Constancia: para alcanzar metas complicadas, es condición indispensable que seas capaz de comprometerte contigo mismo y con tus objetivos. Cuanto más difícil sea el propósito perseguido, mayores serán los obstáculos y mayor será la perseverancia necesaria para afrontarlos. Piensa que lo más probable es que sufras varios «fracasos» por el camino. De ti depende considerarlos el final de la partida o solo parte del proceso. Tu fuerza de voluntad es el límite.
  • Flexibilidad: hacer planes resulta muy útil para organizarse y centrar esfuerzos, suele ser una mejor estrategia que dejarlo todo a la improvisación, pero hay que estar preparado ante los imprevistos que probablemente aparecerán y saber reaccionar a ellos.
  • Creatividad: las personas resilientes enfocan los problemas desde diversos ángulos para dar con soluciones creativas o convertirlos en oportunidades. Tendemos a infravalorar el poder de la creatividad dentro de las competencias psicológicas, cosa que constituye un error.
  • Sentido del humor: si bien no es algo esencial, el sentido del humor resulta de enorme utilidad a la hora de confrontar la adversidad, al contribuir a relativizarlos.
  • Sociabilidad: y, por supuesto, no podíamos olvidarnos de las habilidades sociales. El ser humano es un animal gregario y las relaciones sociales están en el orden del día. Saber relacionarse, lo que algunos denominan inteligencia social, es fundamental. Además, el resiliente tiende a rodearse de personas con actitudes positivas, en detrimento de los peligrosos vampiros emocionales, y no tiene miedo de apoyarse en otro o pedir ayuda cuando cree que la necesita.

Origen del concepto en la psicología

Ya hemos definido y comprendido en qué consiste ser resiliente, pero no nos quedemos rascando la superficie; profundicemos más.

La primera constancia que se tiene del uso de este término se le atribuye al John Bowlby, un psicoanalista inglés que se especializaba en el desarrollo durante la infancia. Entonces surgió la resiliencia infantil en el contexto de su teoría del apego, que venía a decir que el vínculo o apego que experimenta un bebé con su cuidador principal durante su primer año de vida, influye en su capacidad de resiliencia.

Sin embargo, fue el también psicoanalista (además de psiquiatra, neurólogo y etólogo) Boris Cyrulnik, de orígenes franceses, quien con su libro «Los patitos feos» contribuyó a la popularización del concepto resiliencia, asociándolo a la capacidad de resurgir o reconstruirse durante y/o tras una etapa de sufrimiento.

Sinónimos

Aunque no sean exactamente lo mismo, podríamos considerar sinónimos de resiliencia a palabras como entereza, resistencia, fortaleza e invulnerabilidad.

Tipos de resiliencia

Como la resiliencia es un concepto muy general, podemos dividirla en lo que se denominan dominios de resiliencia particulares. De este modo, resulta más sencillo acotar su incidencia en diversos ámbitos.

Algunos ejemplos de ello son la resiliencia emocional, relacionada con el mantenimiento del bienestar psicológico; la resiliencia social, que tiene que ver con las habilidades sociales para lidiar con los demás; la resiliencia familiar, que es similar a la social pero referida al contexto de la unidad familiar; resiliencia infantil, como capacidad de los niños para sobreponerse a hechos traumáticos; la resiliencia laboral, que como su propio nombre indica, tiene su ámbito en el trabajo; la resiliencia escolar o educativa, indicativa de las competencias adaptativas en el contexto estudiantil, etc.

También hay otras clasificaciones distintas, como por ejemplo la resiliencia individual y la resiliencia colectiva.

Al final es tan sencillo (o complicado) como fijar un contexto concreto y fijarse en las particularidades del mismo en cuanto a aquello que nos pone a prueba.

5 ejemplos de personas resilientes

Los ejemplos de resiliencia que vas a ver a continuación son casos muy extremos y dignos de admiración. Son personas épicas; personas que nos inspiran a ser mejores. Y si ellos, que probablemente lo tuvieron mucho más difícil que nosotros, pudieron, ¡nosotros también podemos!

Nelson Mandela

Nelson Mandela no solo experimentó la discriminación étnica durante la época del apartheid en Sudáfrica, sino que luchó para promover un cambio. Y su lucha terminó en una condena a ser encarcelado de por vida.

Fue excarcelado tras 27 años de cautiverio y todavía tuvo fuerzas para, a los 76 años de edad, convertirse en el presidente de su país.

Stephen Hawking

Con 21 años, le diagnosticaron ELA, una enfermedad degenerativa incurable, y le dieron una esperanza de vida de tan solo unos pocos años. En teoría, no solo iba a quedar totalmente paralizado en poco tiempo, sino que no iba a pasar de los 30 años.

Contra todo pronóstico, Hawking vivió hasta los 76 años y, a pesar de quedar postrado en una silla con una parálisis casi total y sin poder hablar, se convirtió en uno de los físicos más reputados del mundo, realizó grandes contribuciones a la ciencia y escribió varios libros.

María Belón y su familia

¿Te suena la película «Lo imposible»? Fue uno de los mayores taquillazos del cine español y su historia está basada en la de la familia de Enrique Álvarez, María Belón y sus tres hijos, que sobrevivió al fatídico tsunami del Índico que se produjo en 2004.

Cada uno de ellos tuvo que enfrentar esta situación catastrófica por separado, sin saber si habían sobrevivido los demás, hasta finalmente encontrarse.

Malala Yousafzai

Con tan solo doce años de edad, esta niña de Paquistán relataba en su blog cómo iba a clase de forma clandestina, pues las mujeres lo tenían prohibido. Debido a esto, dos terroristas se subieron al autobús escolar y dispararon sus fusiles contra ella.

A pesar de recibir una bala en su cuello y otra en la cabeza, logró salir adelante tras varias cirugías reconstructivas y una larga rehabilitación. Sin embargo, esta terrible experiencia no la hizo desistir de estudiar y luchar por los derechos de la mujer.

Su gran valía y resiliencia le valieron el Premio Nobel de la Paz.

Mark Inglis

Mark y su compañero quedaron atrapados por una fuerte ventisca cuando trataban de escalar el Monte Cook. Los servicios de salvamento tardaron 13 días en rescatarlos de su improvisado refugio en plena montaña.

Debido a las continuadas bajas temperaturas, inferiores a los cero grados, Mark Inglis sufrió la amputación de ambas piernas, lo que no impidió que, años después, escalara el Everest y dejara su huella con sus prótesis de fibra de carbono.

25 frases sobre resiliencia

¿Te apetece inspirarte con frases de resiliencia? Entonces continúa leyendo.

Un héroe es una persona común y corriente que encuentra la fuerza para resistir y perseverar a pesar de obstáculos abrumadores.

Christopher Reeve

En mitad del invierno, finalmente aprendí que había en mí un verano invencible.

Albert Camus

Caerse es parte de la vida, levantarse es parte de vivir.

José N. Harris

En tres palabras puedo resumir todo lo que he aprendido acerca de la vida: continúa hacia adelante.

Robert Frost

Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.

Friedrich Nietzsche

El roble luchó contra el viento y se rompió, el sauce se dobló cuando debió y sobrevivió.

Robert Jordan

Ser desafiado en la vida es inevitable, ser derrotado es opcional.

Roger Crawford

Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca debemos perder la esperanza infinita.

Martin Luther King

La vida no es cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien con una mano pobre.

Robert Louis Stevenson

Aprende a ser feliz con lo que tienes mientras persigues todo lo que quieres.

Jim Rohn

El fracaso no es caer, sino negarse a levantarse.

Proverbio chino

La mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.

Confucio

La vida no se hace más fácil o más indulgente, nosotros nos hacemos más fuertes y resilientes.

Steve Maraboli

Un problema es una oportunidad para dar lo mejor que tienes.

Duke Ellington

No pierdes hasta que dejas de intentarlo.

Mike Ditka

En medio de la dificultad reside la oportunidad.

Albert Einstein

No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que te queda.

Bob Marley

Son nuestros desafíos y obstáculos los que nos dan capas de profundidad y nos hacen interesantes.

Ellen DeGeneres

Levántate y haz que el día sea maravilloso a pesar de los obstáculos.

Tamyara Brown

La resiliencia nace cuando te aferras al amor propio, cuando te atreves a llegar a cotas a las que no pensabas que podías lograr.

Gregory Boyle

Los hombres se hacen más fuertes al darse cuenta de que la mano ayudante que necesitan está al final de su propio brazo.

Sidney J. Phillips

Los momentos duros no duran, las personas duras sí.

Robert Louis Stevenson

Los obstáculos no tienen que detenerte. Si te encuentras con un muro, no te des la vuelta o te rindas. Averigua cómo escalarlo, atravesarlo o rodearlo.

Michael Jordan

Solo aquellos que se atreven a fracasar a lo grande pueden conseguir grandes cosas.

Robert F. Kennedy

El goteo del agua perfora la roca, no por la fuerza, sino por la persistencia.

Ovidio

Imágenes de tatuajes relacionados con la resiliencia

¿Estás pensando en hacerte un tatuaje y quieres inspirarte con imágenes de tattoos sobre resiliencia? Aquí puedes ver algunos ejemplos.

Películas que tratan sobre la resiliencia

La vida es bella (1997), de Roberto Benigni

Cadena Perpetua (1994), de Frank Darabont

Lo imposible (2012), de Juan Antonio Bayona

En busca de la felicidad (2006), de Gabriele Muccino

12 años de esclavitud (2013), de Steve McQueen

Libros que hablan sobre la resiliencia

Algo épico, de Javier Busquets

La resiliencia en el mundo de hoy, de Edith Grotberg

El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl

La resiliencia, de Sylvie Rousseau

Los patitos feos, de Boris Cyrulnik

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